Tras un infarto o problema de corazón grave, como una enfermedad cardiovascular, puede que no sea en lo primero que pensemos, pero más pronto que temprano nos surgirán dudas relacionadas con el sexo. El médico nos ha recomendado reposo durante meses y dependiendo de la gravedad, quizás algo de ejercicio de baja intensidad como dar paseos, pero ¿qué sucede con el sexo? ¿Podré volver a mantener relaciones sexuales? ¿El esfuerzo extra que supone, puede tener consecuencias en mi corazón? ¿Qué opinará mi pareja al respecto?
En Bekia Salud os traemos respuestas a vuestras preguntas.
Lo primero que debemos de hacer es romper con miedos y tabúes y preguntar a nuestro médico abiertamente. Es la única persona que sabe con exactitud nuestro estado de salud. Los problemas de corazón, así como los infartos tienen distintas categorías variando desde los leves hasta los graves o muy graves. Es por eso que, a no ser que nuestro médico lo desaconseje, podremos mantener relaciones sexuales sin problema. Los expertos señalan dos datos:
El primero es que el esfuerzo requerido para tener sexo con nuestra pareja es inferior a muchas de las tareas cotidianas de nuestra vida. Concretamente, se puede asemejar a la energía y ritmo cardíacos que nos supone subir 2 pisos de escaleras.
El segundo es que, de los más de 5.559 casos de muerte súbita estudiados por la Fundación Española del Corazón, solo 34 se produjeron durante el coito por un fallo cardíaco y de esas 34 personas, 27 fueron con una pareja no habitual, lo que significa menos control. Esto quiere decir que, aunque podamos mantener relaciones sexuales, tampoco debemos lanzarnos a aventuras y situaciones excesivamente emocionantes, pues en esos casos sí puede suponer un problema al combinarse la emoción de la situación con el aumento de ritmo cardíaco y quizás presencia de bebidas alcohólicas u otras sustancias estimulantes.
¿Cómo y cuándo podremos mantener relaciones sexuales?
Después de sufrir un infarto lo recomendable es realizar entrenamiento físico y psicológico adecuado y progresivo. Esto nos permitirá ir conociendo las respuestas físicas de nuestro organismo y así poder detectar cuando estamos haciendo es esfuerzo en demasía. Por ejemplo, si subir un tramo de escaleras, nos sofoca, agota y dispara nuestra pulsaciones sabremos que aún no estamos del todo preparados, mientras que si podemos caminar a buen ritmo varios kilómetros, estaremos por la senda de la recuperación. Conocer nuestro cuerpo implica conocer nuestras reacciones y poder ajustarnos a las demandas del organismo.
Referente al aspecto psicológico también deberemos de estar entrenados. Es lógico que después de una enfermedad cardiovascular a la hora del coito tengamos miedo de que nos suceda algo y eso influirá directamente sobre la calidad de la relación. Por norma general no necesitaremos más terapia que una conversación abierta y sincera con nuestra pareja, pero hay casos en los que, el miedo, principalmente la vergüenza puede hacernos pasar un mal rato. En ese caso, lo que todos los médicos y expertos recomiendan es acudir a un psicólogo o sexólogo que nos pueda ayudar. Cuanto antes abordes la situación más fácil será para nosotros y para nuestra pareja.
¿Cómo saber si podemos aguantar ese esfuerzo?
Como apuntábamos, subir dos tramos de escaleras sin sentir dolores en el pecho y sin fatigarnos es un buen indicador. De todas formas, es habitual que nuestro médico nos someta a una prueba de esfuerzo, vulgarmente conocida como "la cinta". En esta prueba estaremos caminando durante 6 minutos a medida que, de forma progresiva, la inclinación aumenta. Si logramos superar esta prueba sin problemas, estaremos totalmente preparados para mantener relaciones sexuales con nuestra pareja.
¿La cardiopatía nos puede provocar disfunciones sexuales?
Uno de los temas que más preocupan a los hombres después de sufrir una enfermedad cardiovascular es si podrán tener una erección. Esto, apuntan los expertos, puede tener tres posibles orígenes. Problemas físicos, problemas psicológicos y problemas farmacológicos.
- Problemas físicos. Es normal que, los primeros días o semanas, perdamos apetito sexual fruto de la enfermedad o de la intervención médica, es normal, pero con el paso de los días iremos recuperándolo paulatinamente.
- Los problemas psicológicos son los siguientes en aparecer. Puede que por miedo o vergüenza, aunque nos apetezca tener sexo dejemos pasar los momentos de intimidad con nuestra pareja a la espera de recuperarnos completamente. Esta actitud solo hará que empeorar la situación y hacer que nos justifiquemos en la enfermedad para no mantener relaciones sexuales, cuando en verdad es miedo a no tener una erección. Como ya apuntábamos, a no ser que padezcas una dolencia grave, que incluso en reposo te suponga un problema, a las pocas semanas y tras superar las pruebas estas plenamente capacitado para tener una erección con tu pareja, por lo que no dejes pasar la oportunidad y recupera cuanto antes tu rutina.
- Finalmente puede que los fármacos que estemos tomando tengan un efecto reductor en nuestra líbido. Como dicen los expertos, es reductor no inhibidor, por lo que, aunque quizás tardemos más siempre tenemos la opción. Lo único desaconsejado es recurrir a otro tipo de fármacos como la viagra para lograr nuestros objetivos, en esos casos sí que estamos poniendo en riesgo nuestro corazón.
También tenemos que hacer especial mención a las mujeres, aunque las enfermedades cardiovasculares y problemas de corazón en general son ligeramente mayores en los varones, un infarto lo puede sufrir cualquiera. Por eso, todo lo mencionado anteriormente también se puede aplicar a las mujeres. Es normal que tengan que guardar reposo y la energía empleada para tener sexo con nuestra pareja es muy similar. Como ya dijimos, el dialogo es la clave para entendernos y mantener una vida sexual activa con las debidas precauciones.
Finalmente si estás leyendo este artículo y te sientes identificado con las situaciones que en él hacemos mención quizás sea el momento adecuado para cambiar tus estilos de vida; dieta y ejercicio serán tus aliados, no solo a la hora de ganar en calidad de vida y prevenir infartos, sino también como terapia para pasar más tiempo con tu pareja y hablar sosegadamente del tema. En la web de la Fundación Española del Corazón encontrarás toda la información que necesitas para cambiar tus hábitos de vida y conocer más en profundidad la enfermedad cardiovascular que padezcas.