En nuestra cultura del estrés hay personas que solo dedican 41 minutos (a comer) las 3 comidas principales del día. Esto significa que más o menos se tardan unos 7 minutos para el desayuno, casi 14 minutos para la comida y casi 20 minutos para la cena. Quizá tengas ganas ahora mismo de justificar la necesidad de comer tan rápido porque, ¡siempre hay cosas por hacer!
Pero las personas que comen demasiado rápido pueden volver obesas y desarrollar problemas en su metabolismo. Esto puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y accidentes cerebrovasculares. Todos estos problemas pueden ser mortales, y todos, por culpa de comer demasiado rápido.
La vida hay que tomarla con más calma, y el momento de comer durante el día debe ser igual de importante que el momento del descanso. Tu salud depende de ello.
Qué le pasa a tu cuerpo cuando comes rápido
Si comes demasiado rápido sin importar la hora del del día, tu sistema digestivo no podrá hacer su trabajo en condiciones. Si comes muy rápido no se estarán activando unas banderas rojas en tu cerebro que te dicen que estás lleno, y esto te hará entonces, comer demasiado. Si comes demasiado tendrás más probabilidades de padecer sobrepeso e incluso, obesidad.
Cuando has comido, tu estómago tarda unos 20 minutos en comunicar a tu cerebro que has comido suficiente y que estás saciado/a. El proceso no comienza hasta que tu estómago comienza a trabajar. Entonces, si disminuyes la velocidad y le das más tiempo a tu estimóago para trabajar, te darás cuenta de que comerás menos cantidad porque te sentirás lleno/a antes. Cuando comes más despacio le da a tu estómago más tiempo para comenzar a trabajar en la comida y avisar a tu cerebro de que ya es suficiente.
Piensa en la última vez que estuviste realmente hambriento/a. Una vez que empiezas a comer, es probable que seas capaz de comer todo lo que tienes delante y hacerlo lo más rápido posible. Es el instinto de supervivencia. Pero esto te hará tener acidez estomacal... y engordar. Además, a tu estómago le costará mucho poder digerir todos estos alimentos.
Come despacio, tarda por lo menos 20 minutos
Es necesario que aprendas a comer más despacio y que tardes por lo menos 20 minutos en cada comida. Así, le darás tiempo a que tu estómago empiece a trabajar y a digerir la comida. Tu cerebro sabrá que ya es suficiente y no necesitarás comer más de la cuenta. Además, cuando se come demasiado rápido, el aire entra en tu estómago y lo sobrecarga. Si bien esto puede producir más ácido que conduce a la acidez estomacal o la enfermedad por reflujo gastroesofágico, también puede hacer que tengas muchos gases (y esto es verdaderamente molesto).
Si comes a un ritmo más lento, también podrás disfrutar más de tu comida y no tendrás problemas estomacales ni tampoco de peso. Te olvidarás del reflujo gastroesofágico, de los gases o del vientre hinchado. Encontrarás muchas mejoras en tu salud comiendo más lento y disfrutando de cada plato. Sabor la comida de lo que estés comiendo, esto también te ayudará a ser más consciente de lo que estás ingiriendo.
Además, como valor añadido, si te centras más en lo que comes, podrás ser más consciente de la textura, el sabor, el olor... estarás haciendo que al comida sea mucho más interesante y memorable. Disfrutarás enormemente de cada comida que hagas al día, aunque lo que estés comiendo sea una zanahoria.
Aprender a disfrutar del momento y de la comida depende de ti, pero merece mucho la pena. Aprenderás a comer bien, no comerás tanta cantidad y mejorarás tu salud.