El SOMA, encefalopatía de Kinsbourne u opsoclonus-mioclunus-ataxia, es un trastorno de origen autoinmune que afecta a la parte del neurodesarrollo en la persona, y se produce a cualquier edad, aunque la probabilidad se incrementa entre los 6 y 3 años de edad en un niño. Es un trastorno del movimiento, normalmente de tipo parainfeccioso.
El síndrome opsoclono-mioclono-ataxia, es muy poco común, la mitad de personas que lo padecen, lo sufren a causa de la relación con un tipo de neuroblastoma o tras una infección bacteriana o de tipo vírica. El opsoclono es un conjunto de movimientos de tipo ocular de gran amplitud, coordinados y multidireccionales. Se asocian a la inestabilidad en el tronco, espasmos musculares, es decir mioclonías, y ataxia o falta de coordinación.
Sintomatología
Normalmente al inicio puede presentarse ataxia y establecerse a modo crónico, agudo o subagudo. Este síndrome, con bastante probabilidad, implica ya de entrada un tumor en las células. En la mitad de los casos, da lugar un retraso en el desarrollo de la psicomotricidad. Los daños afectan a los campos conductual, cognitivo y motor. En adultos puede asociarse con varios tipos de cáncer, como el adenocarcinoma de mama y el de pulmón. Pueden darse la siguiente sintomatología:
-Temblores.
-Irritabilidad.
-Ataques de ira.
-Dolor de cabeza.
-Trastorno visual.
-Trastorno del lenguaje.
-Marcha anormal.
-Incoordinación.
-Vómitos.
Diagnóstico y tratamiento
Se cree que el síndrome opsoclono-mioclono-ataxia se evidencia a raíz de aquellas proteínas que luchan en enfermedades, los anticuerpos, atacando a células de tipo canceroso. En este proceso pueden verse afectados a su vez, el sistema nervioso central y el cerebro. Por normal general, existe mejoría en el opsoclono, incluso cura y no es algo en lo que influya la existencia o no del neuroblastoma.
Con un tratamiento, el síndrome SOMA, puede frenarse en un alto porcentaje. El tratamiento que se lleve a cabo no es de tipo estándar. Actualmente no existe un modelo de terapia específico que indique el mejor tratamiento farmacológico, en esto revierte que no se ha encontrado el anticuerpo específico. Es frecuente, a la hora de hacer frente al síndrome, la ingesta de corticosteroides, inmunoglobulina intravenosa y la hormona adrenocorticotropa.
Algunos casos no presentan secuela alguna, el fin del tratamiento u otro tipo de circunstancias ambientales, pueden posibilitar alguna recaída. En un tercio de los casos, los síntomas se reducen con una cirugía del tumor. Es, por lo tanto, conveniente tratar el síndrome opsoclono-mioclono-ataxia con estos tipos de métodos:
-Gammaglobulina endovenosa.
-Tratamiento con corticoestiroides.
-Quimioterapia, con el medicameitno ciclofosfamida, cirugía, y/o radiación.
-Tradozone, para los problemas de comportamiento y de sueño.
En los niños existen más probabilidades de una total recuperación, sobre todo si se le da la importancia de rigor a la detección a tiempo. Detectando este síntoma de una forma precoz, podrán evitarse secuelas. Los espasmos musculares pueden disminuir, es más complicado que suceda lo mismo en la falta de coordinación, los problemas de aprendizaje y de comportamiento.
Debemos cuidar nuestra salud e intentar minimizar el porcentaje de recaída. El padecimiento de fiebre, situaciones estresantes, uso de determinados medicamentos..., alimentan las posibilidades de sufrir este síndrome. Conviene hacer un seguimiento de la enfermedad, llevar una vida equilibrada mental y físicamente, y si existe un bajón, lo mejor es repetir el tratamiento utilizado la vez primera.
Existen organizaciones y grupos de apoyo para afrontar este trance y apoyarse en otros pacientes que están viviendo lo mismo o algo similar. Estos grupos también trabajan por y para mejorar la calidad de vida de los afectados y sus familias, buscar recursos y posibles soluciones. En épocas de malos momentos sentirse atendido, apoyado y escuchado puede resultar alentandor.