El síndrome de Reiter se conoce también como artritis reactiva. Consiste en la triada clásica de conjuntivitis, uretritis y artritis que tiene lugar después de una infección localizada en el tracto urogenital o en el gastrointestinal. Dicho de otra manera, el síndrome de Reiter afecta a las articulaciones, a los ojos, a la uretra y a la piel. Las manifestaciones dermatológicas como el queratoderma blenorrágico, la balanitis circinada, la vulvitis ulcerosa, los cambios ungueales y las lesiones orales son comunes.
La enfermedad es más común en hombres sexualmente activos entre los 20 y los 40 años de edad, aunque también se han informado casos en niños y en mujeres. Es probable que intervengan factores infecciosos e inmunes aunque la fisiopatología todavía no está clara. La gravedad y el pronóstico de la enfermedad cambia mucho dependiendo de un paciente o de otro, de hecho, alrededor del 20% de los pacientes pueden desarrollar secuelas crónicas graves. Su tratamiento es difícil, especialmente en pacientes con VIH.
La enfermedad se reconoce por varios síntomas en diferentes órganos del cuerpo, que pueden aparecer o no al mismo tiempo. Puede aparecer rápida y severamente o poco a poco, con remisiones o recurrencias repentinas durante varios años.
¿Qué causa el síndrome de Reiter?
Todavía se desconoce la causa de este síndrome, pero las investigaciones sugieren que la enfermedad es causada, en parte, por una predisposición genética, ya que aproximadamente el 75% de las personas con la afección tienen un análisis de sangre positivo para el marcador genético HLA-B27, una proteína también llamada antígeno leucocitario humano B27 que se encuentra en la superficie de los glóbulos blancos.
En los hombres sexualmente activos, la mayoría de los casos de síndrome de Reiter siguen a una infección por chlamydia trachomatis o ureidoplasma urealyticum, ambas enfermedades de transmisión sexual. En otros casos, las personas desarrollan los síntomas después de una infección intestinal con la bacteria shigella, salmonella, yersinia o campylobacter.
Además del uso de condones durante la actividad sexual, no existe una medida preventiva conocida para este síndrome.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome de Reiter?
- Los primeros síntomas del síndrome de Reiter son el dolor al orinar y la secreción del pene si existe inflamación de la uretra.
- La diarrea puede aparecer si los intestinos se ven afectados.
- Posteriormente aparecen signos de artritis en los dedos de las manos y de los pies, en los tobillos, en las caderas y en las articulaciones de las rodillas. Por lo general, las articulaciones no se ven afectadas al mismo tiempo.
Otros síntomas son:
- Úlceras en la boca
- Inflamación en un ojo
- Queratoderma blenorgánica, que se trata de la aparición de parches de piel escamosa en las palmas de las manos, las plantas de los pies, en el tronco o en el cuero cabelludo
- Dolor de espalda debido a la afectación articular sacroilíaca
- Entesitis, o dolor por inflamación en los ligamentos y tendones en las zonas de inserción en el hueso
¿Cómo se diagnostica el síndrome de Reiter?
El diagnóstico de este síndrome puede complicarse por el hecho de que los síntomas a menudo ocurren con varias semanas de diferencia. Un médico puede diagnosticar este síndrome cuando aparece la artritis junto con la inflamación de un ojo y del tracto urinario o poco después, y cuando estos síntomas duran o se prolongan durante un mes o más.
No existe una prueba específica para diagnosticar el síndrome de Reiter, pero el médico puede pedir diferentes pruebas
- Un análisis de orina en busca de enfermedades de transmisión sexual.
- Las muestras de heces también se pueden analizar para detectar signos de infección.
- Los análisis de sangre en pacientes con este síndrome suelen dar positivo para el marcador genético HLA-B27, con un recuento elevado de glóbulos blancos y una mayor tasa de sedimentación globular, ambos son signos de inflamación. El paciente también puede presentar una leve anemia.
Las radiografías de las articulaciones, a excepción de la espalda, generalmente no revelan anormalidades a menos que el paciente haya tenido episodios recurrentes de la enfermedad. En una radiografía, las articulaciones que se han inflamado repetidamente pueden mostrar áreas con pérdida ósea, signos de osteoporosis o espolones óseos. Las articulaciones sacroilíacas, es decir, las de la espalda y de la pelvis, pueden mostrar anomalías y daños ocasionados por este síndrome.
¿Cómo se trata el síndrome de Reiter?
- Las infecciones bacterianas, como la clamidia, deberán tratarse con antibióticos.
- La inflamación articular generalmente se trata con medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como la aspirina o el ibuprofeno.
- Las erupciones cutáneas y la inflamación ocular se pueden tratar con esteroides.
A las personas con enfermedad crónica, como la artritis, se les puede recetar otros medicamentos y remitirles a la consulta de un fisioterapeuta, recomendándoles que hagan ejercicio regularmente.
¿Qué perspectiva de futuro tienen las personas con el síndrome de Reiter?
El pronóstico para este síndrome varía, depende de la situación específica de cada paciente. La mayoría de las personas se recuperan en tres o cuatro meses, pero algo menos de la mitad de los pacientes pueden sufrir recaídas durante varios años.
Algunas personas desarrollan complicaciones que pueden incluir la inflamación del músculo cardíaco, la inflamación con rigidez de la columna vertebral, glaucoma, la ceguera progresiva, anomalías en los pies o acumulación de líquido en los pulmones.