Muchas veces habremos tenido síntomas similares a los de la gripe y no les habremos dado suma importancia, puesto que son muchas veces por las que podemos haber pasado por esta enfermedad en el pasado por simple contagio. Sin embargo, es muy importante que un médico nos visite para poder identificar la enfermedad, ponernos en tratamiento y curarnos lo antes posible. De lo contrario, la gripe podría llegar a complicarse y afectar, por ejemplo a los pulmones, derivando en otras enfermedades más graves como puede ser la neumonía.
Por lo tanto, a los primeros síntomas de gripe deberemos acudir al profesional de la salud para descartar casos más graves de esta enfermedad, como lo es la gripe A. Esta es una de los tipos de gripe más peligrosos que existen y, aunque tiene una sintomatología parecida, puede causarnos efectos mucho más graves en nuestra salud.
En Bekia te contamos qué es la gripe A, cuáles son sus síntomas, contagio y tratamientos para que conozcas mejor esta patología y puedas hacerle frente si te ves afectado por ella.
Qué es la gripe A y cuáles son sus síntomas
La gripe A es un tipo de enfermedad muy parecida a la gripe común, puesto que tiene una sintomatología muy parecida : fiebre, dolor de cabeza, garganta, pecho y espalda, tos, mucosidad y cansancio general.
En el 2007 esta enfermedad era casi desconocida para el público en general y se le llamó en los medios de comunicación como Gripe Porcina, ya que se empezó a transmitir entre los cerdos y de allí se extendió a los seres humanos. A partir de este momento los científicos la bautizaron como gripe N1H1 y más comúnmente se fue extendiendo con el nombre de gripe A, puesto que también los cerdos, como los humanos, podrían contagiarse de otros virus de la gripe como la aviar.
La gripe A afecta directamente a los pulmones, haciendo que la persona afectada tenga dificultades para respirar y mucha mucosidad en la zona del pecho que debe ser tratada lo antes posible para que no derive en enfermedades pulmonares más graves, como la comentada neumonía.
Como la gripe convencional es una enfermedad viral, por la que cualquier persona puede ser afectada por contagio. Normalmente, la primera de ella debe haber estado en contacto con los cerdos enfermos, pero una vez ya es portador del virus puede transmitírselo a cualquier otra persona que jamás haya estado cerca de este animal. Por lo tanto, tanto al toser, como al tocar algo que haya tocado también la persona enferma la otra podrá coger el mismo virus sin saberlo. Es muy importante que nos lavemos las manos con asiduidad y no nos toquemos el rostro ni la comida con las manos sucias. El hecho de no comer cerdo no hará que no podamos coger esta enfermedad, puesto que no está demostrado que el contagio se genere a través del consumo de dicha carne, sino al estar expuesto a cerdos o personas que estén sufriendo este tipo de gripe.
Hasta el 2009 no se pudo empezar a crear una vacuna para afrontar la gripe A y como es tan nueva el cuerpo humano no está aun preparado para hacerle frente, como lo estaría por ejemplo frente a otras gripes.
Tratamiento y precauciones
Si empezamos a sentir los síntomas de una gripe cualquiera deberemos acudir al médico lo antes posible. No obstante, será de mayor urgencia que acudamos si creemos que podemos estar sufriendo la gripe A, ya que sus efectos son más dañinos para nuestra salud al tratarse de una enfermedad relativamente nueva.
Si el médico determina que estamos sufriendo este tipo de gripe nos podrá en tratamiento lo antes posible para poder paliar los efectos de la enfermedad. La mayoría de las personas afectadas por la gripe A se mejoran al cabo de unos días. Nos puede recomendar tomar medicinas y hacer reposo. Lo mejor será no estar en contacto con otras personas, puesto que esta enfermedad es muy contagiosa y puede llegar a dañar seriamente la salud de las personas más débiles, como niños y aquellas de la tercera edad. Si seguimos los consejos del médico seguramente nuestra salud mejore notablemente pasado unos días y podamos seguir con nuestra rutina con normalidad y sin secuelas.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que este virus está en el aire y, aunque no estemos en contacto diario con cerdos, podemos contagiarnos de todos modos. Así pues, existen unos consejos básicos que debemos seguir si no queremos contagiarnos de nuevo: lavarse las manos antes de comer, no tocarse la cara con las manos sucias o después de haber estado en zonas de contacto con muchas personas (como por ejemplo el transporte público). También es muy importante tener una dieta equilibrada y hacer deporte regularmente para mantener en forma nuestras defensas frente a cualquier virus o enfermedad infecciosa, protegernos bien del frío y tener la casa limpia, sobretodo las toallas y las sábanas para evitar que la suciedad o la humedad puedan dañar nuestra salud.