Las infecciones son procesos bastante complicados por los que pasar, aunque puedan parecer algo sin importancia. Deben ser tratadas y eliminadas desde el primer momento, porque de otro modo podrían acabar provocando consecuencias mucho mayores que una simple infección, sobre todo cuando hablamos de las infecciones dentales. Porque en los dientes almacenamos una inmensa cantidad de residuos que pueden acabar convirtiéndose rápidamente en una infección.
Seguramente hayáis escuchado más de una vez el consejo de tener cuidado si un gato os muerde, porque es en la boca donde más bacterias suele almacenar; lo que quizás no habréis oído es que en el caso de los seres humanos es incluso peor. Si recibís un mordisco real de un ser humano, lo más probable es que tengáis que acabar tratándoos una gran infección en la zona, que podría rápidamente extenderse. Porque nuestros dientes y nuestra lengua están en contacto con una gran cantidad de alimentos, con la saliva y con muchas bacterias que los acaban contaminando. Si no se llevan unos hábitos de higiene en condiciones, es muy probable que todos estos componentes acaben dañando nuestra salud bucal y provocando una infección.
No hay mejor forma de evitar una infección, o de detenerla a tiempo, que conocer todos sus síntomas, ser capaz de identificarlos y así poder acudir al dentista cuando estos comiencen a notarse. Y a eso os vamos a intentar ayudar nosotros: a conocer todos los síntomas de las infecciones dentales, para que sepáis cuándo estáis ante una.
1. Halitosis
El mal aliento no tiene porque ser, en sí mismo, síntoma de una infección dental, pero podría serlo; y es que la halitosis puede significar que haya un crecimiento excesivo de todas esas bacterias que suelen poblar nuestra boca. El cepillo no suele llegar a todas las partes de la boca, con lo cual en las zonas más problemáticas podría acabar desarrollándose una infección bucal.
Controlar la halitosis es muy sencillo, pero eso no hace que desaparezca la infección, con lo cual es importante acudir al dentista para ver si hay algo más allá que debamos tener en cuenta además del mal aliento.
2. Dolor continuado o intermitente
Si además de mal aliento comienzas a notar dolor en los dientes o en las encías, podría ser un síntoma clave de que se está produciendo una infección. O podría ser síntoma de cualquier otra enfermedad dental, así que debes acudir rápidamente al dentista.
El dolor puede ser constante o puede darse de forma intermitente; sea como sea, es importante que un especialista lo trate para que pueda paliar la causa del dolor.
3. El esmalte dental se ve afectado
Puede que estés notando cómo el esmalte de tus dientes, poco a poco, se va viendo afectado. La sensación visual es como si las sustancias se estuvieran acumulando encima de ellos, generando manchas amarillentas y de una textura rugosa, siempre debido a los residuos de la comida que se va almacenando en ellos. Si esto no se controla, puede acabar provocando la pérdida del diente, e implica, casi siempre, una infección dental grave tras todo esto.
4. Sangrado en las encías
Al cepillarte los dientes, si notas que las encías comienzan a sangrar, esto también puede ser síntoma de un problema de infección dental. Aunque puede estar también directamente relacionado con la manera que tengas de lavar tus dientes, con lo cual debes recordar que es importante cepillar con cuidado. Sea como sea, si notas que tus encías sangran debes acudir a un especialista, que te recomendará una pasta de dientes específica y te dirá qué debes hacer para tratar este problema.
5. Inflamación de las encías y dientes flojos
Además de todos los síntomas que hemos mencionado anteriormente, puede que notes cómo tus encías se inflaman o se enrojecen, y cómo tus dientes pierden fuerza y comienzan a desplazarse poco a poco en tu boca. Todo esto es una mala señal, y debes ir rápidamente al dentista si no quieres tener un mayor problema a largo plazo que te provoque, incluso, la pérdida de todas las piezas dentales.
6. Y, por último, pus
El último síntoma, y el más preocupante de todos ellos, es el pus. Puede aparecer como si se tratara de unas pequeñas bolas, que son abscesos, y que guardan en su interior tanto sangre como pus. Este síntoma indica claramente una infección dental, y debe atajarse rápidamente. De otro modo, se podrían ver afectadas todas las piezas dentales y no quedaría más remedio que tomar medidas drásticas.
Hay que tener muy en cuenta cuáles son los síntomas de las infecciones de encías, porque no hay otra forma de anticiparse a ellos y controlar los posibles problemas derivados de una infección de este tipo. Recuerda que de tu salud bucal dependerá, en gran medida, tu salud general, así que procura acudir al dentista para que te haga revisiones periódicas y se encargue de comprobar que todo está en orden.