Sofocos, sequedad vaginal, dolor de cabeza, dolor en las articulaciones o un bajo estado de ánimo son algunos de los síntomas derivados de la menopausia y el climaterio. Cuando estos síntomas se vuelven muy molestos, hay mujeres que se plantean poner en marcha la llamada Terapia Hormonal Sustitutiva, que consiste en la administración de las hormonas que el cuerpo fabrica en menor cantidad que antes. Sin embargo, esos tratamientos tienen sus riesgos, y no todas las mujeres pueden recibirlos, pero en esta ocasión podemos acudir a productos naturales para aliviar los citados síntomas, estamos hablando de los fitoestrógenos.
Los fitoestrógenos con unos compuestos químicos cuya composición y funcionamiento son similares a los estrógenos del cuerpo humano, pero cuyo origen está en las plantas. Su nombre nos evoca la fitoterapia, es decir, el uso de plantas con fines terapéuticos, pero en este caso este remedio natural no está reñido con la medicina tradicional, pues el consumo de fitoestrógenos está recomendado por médicos.
Dieta contra los síntomas de la menopausia
Existen varios tipos de fitoestrógenos: los lignanos, los cumestanos, los índoles y las isoflavonas, seguramente las más conocidas de este tipo de compuestos. Además, son los que más se parecen a los estrógenos humanos, y el alimento que los contiene en mayor cantidad son las semillas de soja. Las semillas de lino y el tofu (derivado de la soja) también contienen altos niveles de fitoestrógenos. Se trata de productos que no están presentes de manera frecuente en las dietas occidentales, e incluso es muy normal no consumirlos nunca durante nuestra vida. Sin embargo, hay muchos alimentos más propios de nuestra alimentación que también contienen fitoestrógenos de diferentes tipos, aunque sea en menor cantidad. Los cereales integrales, legumbres como lentejas o judías/habas, el trébol rojo, las uvas y el vino, las hortalizas, el brócoli, los frutos sexos y los tés verde y negro son algunos ejemplos.
Un ejemplo al que se recurre clásicamente para hablar de fitoestrógenos y menopausia son las mujeres orientales. Éstas llevan una dieta rica en soja, con una cantidad diaria de isoflavonas en su dieta muy superior a la de las mujeres de occidente, aunque también su alimentación es más equilibrada y saludable que la nuestra. Lo que se ha observado en ellas es que los síntomas de la menopausia son mucho menores, así como una presencia mucho menor de ciertos tipos de cáncer.
Qué otros beneficios nos aportan los fitoestrógenos
Los fitoestrógenos, además de aliviar los síntomas más inmediatos de la menopausia, también previenen varias enfermedades y dolencias derivadas de la disminución del nivel de estrógenos en el cuerpo. Entre sus beneficios se encuentran la disminución del riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, pues evitan la acumulación de colesterol malo o LDL y son vasodilatadores. También son productos antioxidantes, que previenen el envejecimiento celular, y también frenan la pérdida de tejido óseo, por tanto, la osteoporosis Se ha próstatademostrado que los fitoestrógenos previenen algunos tipos de cánceres, como el de mama, el de próstata y el de colon.
Como podemos ver, incorporar este tipo de alimentos es beneficioso para las mujeres posmenopáusicas, pero también para las más jóvenes y también los hombres.
¿Es cuestión beber leche de soja y ya está?
Sin duda, incorporar la soja y sus derivados a nuestra dieta será muy beneficioso tras la menopausia, además, hacerlo mediante la leche de soja nos aportará también calcio, tan necesario para evitar la osteoporosis. Aun así, no es la única forma posible de consumirla, puede ser en forma de salsa, harina, tofu, o como simples legumbres. Diversos estudios médicos apoyan el consumo de fitoestrógenos como tratamiento de la menopausia, pues ha sido probado que disminuyen sus síntomas.
Sin embargo, es recomendable incorporar también ciertos hábitos de vida saludables para que el efecto se vea potenciado. Entre ellos se encuentra: llevar una vida activa y poco sedentaria; exponerse al sol 15 minutos diarios con protección solar para aportar vitamina D, que nos ayuda a absorber mejor el calcio de los alimentos; evitar el tabaco y el alcohol, y, ante todo, llevar una dieta rica en frutas, verduras y calcio.
Con estos ligeros cambios en la vida diaria y la dieta, una mujer puede mejorar en gran medida su calidad de vida tras la menopausia. Incluso para aquellas que no notan los síntomas propios de esta etapa de la vida es recomendable mantener estos hábitos, y así evitar que se desarrollen futuras patologías.