Hoy en día y con la cantidad de comunicación acústica que existe sobre todo en las grandes ciudades, ha aumentado el número de personas que padece algún tipo de pérdida auditiva. En la mayoría de los casos esta pérdida es casi imperceptible y se convive con ella de forma natural sin tener en cuenta que el oído es uno de los sentidos más importantes y que tenemos que cuidarlo. En algunos casos esta capacidad auditiva se ve tan deteriorada que necesita de diagnóstico médico y puede llegar a ser tratada como sordera.
La sordera, técnicamente llamada hipoacusia, es la pérdida de la capacidad auditiva en las personas. Esta puede ser provocada tanto por factores genéticos como externos, por la exposición a riesgos sonoros. También puede ser de mucho niveles, desde pérdida auditiva leve hasta total, y puede darse en personas de todas las edades, desde recién nacidos hasta personas mayores, en los que es muy frecuente con el paso de los años.
El problema se encuentra en el momento en que la sordera aparece, si es antes o después del desarrollo del habla ?sordera prelocutiva o sordera postlocutiva-, ya que si se produce antes puede llegar a afectar a la persona en sus capacidades expresivas, sus capacidades de desarrollo y en su relación con los demás.
Sordera prelocutiva
La hipoacusia prelocutiva es la que se produce antes de que se haya desarrollado el lenguaje en la persona y por tanto dañan a las habilidades expresivas que esa persona va a tener en el futuro. Como es lógico, la sordera prelocutiva solo puede producirse en recién nacidos y en bebés que no han llegado a desarrollar el habla, o que no la tienen desarrollada por completo, siendo posible que se produzca hasta los 3 años de edad.
Como estos niños no han aprendido a hablar, las capacidades expresivas para su desarrollo van a quedar mermadas, por lo que hay que diagnosticarlo lo antes posible para realizar el tratamiento mediante la implantación coclear, ya sea unilateral, bilateral o mixta. Esta implantación dependerá de si la sordera se ha producido en uno o dos oídos y el grado de la misma, algo que tendrá que decidir en médico especialista mediante pruebas concretas ya que en bebés muy pequeños puede llegar a ser difícil el diagnóstico de la sordera prelocutiva al no tener desarrollado el habla.
Estos niños deberán tener una educación especializada para el desarrollo de sus habilidades expresivas y contar con la ayuda de profesionales y personal educativo para que con el tiempo y la ayuda del aparato consigan tener unas capacidades lingüísticas como el resto de niños normoyentes.
En estos casos es muy importante la ayuda de logopedas que tratarán que el niño desarrolle el sentido de la expresión mediante al habla con técnicas especiales. El apoyo familiar y del entorno cercano para el desarrollo de estos niños cuando sean personas adultas también serán esenciales.
Las causas de la sordera prelocutiva son en su mayoría por factores genéticos, por lo que hay que tener en cuenta si en la familia hay algún caso de sordera especial, que no sea la producida por un factor externo o por el paso de los años. Pero no siempre se debe a este tipo de factores sino que a veces algún problema en el embarazo como infecciones o herpes pueden provocar malformaciones en el bebé que hagan que su capacidad auditiva no se desarrolle de manera correcta, dando lugar a la sordera prelocutiva. Esto es algo que no se puede saber con seguridad hasta los primeros meses de vida del bebé en los que se comience a notar que no tiene respuesta ante ciertos estímulos sonoros.
Existen muchos casos en los que esta sordera no es desarrollada desde el nacimiento sino que se produce en los primeros años de vida. Hablamos de sordera prelocutiva cuando el niño no ha desarrollado por completo en habla y esto puede producirse hasta los 6 años de edad.
En algunos casos, la sordera se produce al mismo tiempo que el pequeño está adquiriendo el lenguaje, es lo que se conoce como sordera perilocutiva. Si en estos casos se realiza un buen diagnóstico y la prótesis auditiva es colocada poco tiempo después de la pérdida de audición, el niño será diagnosticado como un postlocutivo y podrá desarrollar bien su capacidad expresiva con ayuda de profesionales y del implante.
Sordera postlocutiva
La sordera postlocutiva, a diferencia de la prelocutiva puede aparecer en cualquier momento de la vida, una vez ya se ha desarrollado el habla. En este caso las capacidades expresivas que ya habían sido adquiridas no se ven mermadas con la aparición de la sordera, pero sí que puede verse afectada el habla, sobre todo si aparece en niños pequeños. En esos casos, la modulación de la voz y el tono sí que puede variar con respecto a las capacidades que ya tenía desarrolladas, por lo que es muy importante un diagnóstico en el menor tiempo posible para poder colocarle una prótesis auditiva y que el desarrollo del pequeño sea totalmente normal.
Aun así es muy importante que niños con sordera postlocutiva tengan un equipo de profesionales de ayuda con logopedas y educadores que hagan que sus capacidades expresivas y lingüísticas se desarrollen de forma natural.
La sordera postlocutiva tiene muchas más causas que la prelocutiva, ya que aunque en algunos pacientes se han encontrado factores genéticos, pero en la mayoría de los casos se debe a causas externas. Las personas mayores con el paso de los años van perdiendo capacidad auditiva, y en algunas personas esta sordera puede llegar a ser total. Pero hay hechos puntuales que pueden llegar a producir también la sordera postlocutiva, como una infección o enfermedad o incluso un traumatismo fuerte debido a un golpe o un accidente.
En estos casos la implantación de una protesis auditiva será la única solución de tratamiento en la sordera postlocutiva y no se tendrá que llevar a cabo ningún otro tipo de consulta logopédica, ya que las capacidades lingüísticas y expresivas ya están plenamente desarrolladas y el único problema es que el sonido no llega, lo que puede llegar a ser solucionado con el implante.
En cualquier caso de sordera es importante un buen diagnóstico para la implantación de algún tipo de aparato de ayuda para hacer más llevadera la vida de las que la padecen.