Si constantemente estás irritable es más que probable que acabes teniendo un problema emocional que derive en problemas de salud físicos también. Las emociones y la salud están estrechamente ligadas, por lo que si siempre estás irritado acabarás teniendo problemas de salud: palpitaciones, enfermedades cardiovasculares, enfermedades del corazón, problemas gastrointestinales, etc.
Muchas personas que sufren de depresión, ansiedad y otros trastornos de salud mental informan que se sienten irritable habitualmente. Si esto te ocurre , es una señal de que estás estresado y tienes dificultades para sobrellevar el estrés de manera saludable. La irritabilidad puede causar problemas en el trabajo y en tus relaciones. Afortunadamente, puedes tomar medidas para reducir este sentimiento. Si tu estado de ánimo afecta significativamente a tu capacidad para tener éxito en el trabajo y mantener relaciones sanas, es posible que quieras obtener ayuda de un profesional de la salud mental, ya que podrías estar sufriendo algo más que irritabilidad.
¿Cómo es tu estado de ánimo?
Presta atención a tu estado de ánimo y a las reacciones que experimenta tu cuerpo. Es más probable que te sientas irritable cuando está aburrido, incómodo física o mentalmente, cansado y con hambre. Cuida tus necesidades físicas y emocionales para prevenir la irritabilidad y la ira.
Haz ejercicio
Hacer ejercicio es bueno para prevenir y hacer frente a tus emociones más intensas. Puedes aliviar la ira al caminar, correr, practicar deportes que te gusten o realizar otras actividades físicas. Trata de hacer al menos 20 minutos de actividad física cada día. Esto también ayudará a reducir los síntomas de depresión y ansiedad.
Identifica tus fuentes de estrés
Es importante que identifiques y seas consciente de tus fuentes de estrés, para eso, anota cada día aquello que te hace sentir mal. Cada noche, ten unos minutos para ti y anota las cosas que han afectado a tu estado de ánimo. Puede ser una pelea de pareja o una factura de luz que no has pagado aún.
Rodea con un círculo cada cosa sobre la que tienes control y anota los pasos específicos que puedes tomar para arreglar esas cosas que te irritan o te hacen sentir mal. Trata de tomar pequeños pasos cada día para lidiar con las cosas que le causan estrés.
Haz cosas que disfrutas
Deduca al menos 15 minutos cada día a hacer algo que disfrutes. Puedes pintarte las uñas, leer una novela de misterio o tomar fotografías en tu patio trasero. Si no te das tiempo para ser feliz durante el día, es más probable que estés irritable diariamente.
Practica técnicas de relajación
Practica técnicas de relajación
Para realizar esta técnica, cierra los ojos e imagina que estás en un lugar que te hace sentir seguro y feliz. Intenta comprometer todos tus sentidos. Por ejemplo, si imaginas que estás caminando por el bosque, huele el aire limpio, siente cómo crujen las hojas bajo tus pies, imagina los colores de los árboles y escucha el canto de los pájaros.
Si tu irritabilidad se convierte en ira destructiva y sientes que podrías hacerte daño o hacerlo a otra persona, esto significa que necesitas ayuda profesional lo antes posible. Habla con tu médico para que te derive a los servicios de salud mental. Recuerda que eres lo que piensas y que tu salud depende en gran medida de los pensamientos que tienes. Si crees que tus pensamientos son demasiado negativos, será importante que aprendas a reestructurar tu mente y cambiar tus pensamientos más negativos por otros positivos que te aporten tranquilidad y paz mental. Cuanto mejor sea tu pensamiento y mejor te hables, más tranquilo te encontrarás emocionalmente. ¡Tú tienes el poder de calmar todos tus sentidos y controlar la irritabilidad que tanto te molesta!