Debido al aumento en la esperanza de vida de las mujeres, cada vez son más las opciones terapéuticas que buscan mejorar la calidad de vida de éstas debido al deterioro del estado de salud que sufren tras la menopausia. Se calcula que en España, el 40% de la población femenina de más de 50 años presentará síntomas durante la menopausia. Por esta razón, muchas mujeres que acuden a sus médicos y ginecólogos en busca de tratamientos que palien estos síntomas. Una de estas opciones terapéuticas es la terapia hormonal. Consiste en la administración de hormonas sintéticas, comúnmente estrógeno y progesterona, en forma de pastillas, parches, cremas... que ayudan a estabilizar los desequilibrios hormonales que se producen durante la menopausia y que son los responsables de sus característicos síntomas.
Sin embargo, debido al coste de los fármacos y a la posibilidad de efectos adversos, solamente el 5-35% de las mujeres utiliza la terapia hormonal sustitutiva. Analizamos tanto los beneficios como los riesgos de este tratamiento, para ofrecer una idea más amplia de la terapia hormonal.
Qué es la terapia hormonal durante la menopausia
Durante el climaterio el cuerpo de la mujer produce cada vez menos cantidad de las hormonas llamadas estrógeno y progesterona. Esto suele ocurrir entre los 45 y 55 años de edad. Es posible que algunas mujeres no tengan ningún otro síntoma, sin embargo, la mayoría presentarán: variaciones en el flujo menstrual o el intervalo entre períodos menstruales, sensaciones repentinas de calor (sofocos) en la cara, el cuello y el pecho, sudores nocturnos, pérdida de calcio en los huesos y/o cambios en el estado de ánimo, entre otros. Estos cambios biológicos son consecuencia de la reducción en los niveles de las hormonas.
Para ayudar a sobrellevar estos cambios y mejorar la calidad de vida de las mujeres en la menopausia, surge la terapia hormonal. Se trata de un tratamiento en el que el cuerpo recibe hormonas para aliviar los síntomas comunes de la menopausia y, también, para prevenir cambios biológicos a largo plazo, como la disminución de masa ósea (osteoporosis, causante directo del aumento de fracturas en los huesos de las mujeres en edad menopáusica).
Las hormonas que se usan son hormonas sintéticas y, por tanto, son creadas en un laboratorio, pero, una vez que están dentro del cuerpo, actúan como si fueran hormonas naturales, el cuerpo reacciona a ellas igual que lo haría con las que genera él mismo. Esta terapia generalmente comprende el tratamiento con estrógenos solo, una combinación de estrógenos y progesterona, o estrógenos y progestina, que es una hormona sintética con efectos similares a los de la progesterona.
¿Cuándo está indicada y cuando está contraindicada?
Este tipo de terapia está especialmente indicada en mujeres con menopausia precoz. Se considera menopausia precoz a aquellas mujeres que comienzan con síntomas menopáusicos antes de los 40- 45 años. En algunos casos, las causa puede deberse a la naturaleza de cada persona, no hay base médica, al igual que el inicio de la menstruación es diferente en cada mujer, ocurre lo mismo con el comienzo de la retirada de la regla. Y en otros casos, esta menopausia precoz viene condicionada por una intervención quirúrgica. Se da en mujeres que por diferentes razones han sido sometidas a una histerectomía, es decir, una extirpación del útero o matriz.
Este tratamiento es igualmente recomendable en mujeres con antecedentes de factores de riesgo o enfermedades relacionadas con la descalcificación de los huesos (osteoporosis) y con el sistema cardiovascular. Y, en cualquier caso, siempre está indicado como tratamiento a corto plazo.
A pesar de los beneficios que la terapia hormonal pueda dar a la mujer en su climaterio, existen casos en los que está contraindicado su uso, como son:
- Cáncer hormonodependiente, cánceres cuyo crecimiento precisa de determinadas hormonas, y en ausencia de éstas, las células tumorales mueren. Por ejemplo: cáncer de mama o de endometrio (aunque no en estadio bien diferenciado).
- Enfermedades hepáticas graves.
- Trombo embolismo venoso.
- Enfermedades de la piel como melanoma.
- Lupus eritematoso.
- Porfíria, trastornos hereditarios en la producción de la hemoglobina de la sangre.
- Si la mujer padece afectaciones cardíacas o derrames cerebrales.
¿Cuáles son sus beneficios?
Son numerosos los beneficios que obtienen las mujeres que se someten a este tipo de terapia, tanto a corto como a largo plazo. Se ha demostrado que es especialmente eficaz para ayudar a aliviar las sensaciones repentinas de calor (sofocos), los sudores nocturnos y los trastornos del sueño que a menudo acompañan a la menopausia. Igualmente ,el tratamiento con hormonas disminuye la incomodidad vaginal o dispareunia (dolor con la actividad sexual), al aumentar el grosor, la elasticidad y la capacidad de lubricación del tejido vaginal. Del mismo modo, estas hormonas favorecen que el tejido del conducto urinario se vuelva más grueso y elástico, reduciendo la incidencia de incontinencia de esfuerzo y las infecciones urinarias.
La terapia hormonal también puede ser útil en el alivio de la depresión y los cambios de humor que pueden ocurrir durante la menopausia y el climaterio, y puede producir una sensación general de bienestar y de aumento de energía.
Por otro lado, la terapia de reemplazo hormonal juega un papel muy importante en el desarrollo y mantenimiento de la densidad ósea y ayuda a prevenir su deterioro, lo cual ayuda a prevenir la osteoporosis. También se usa en el tratamiento de la pérdida de masa ósea cuando ésta ya ha comenzado. De este modo, la terapia hormonal disminuye la probabilidad de descalcificación en los huesos, con lo cual se consigue reducir el desarrollo de osteoporosis, y así evitar las fracturas.
En ocasiones esta terapia puede usarse para prevenir algunas enfermedades cardiovasculares, sobre todo en mujeres más jóvenes (menores de 60 o con menopausia precoz por histerectomía). Aunque, dado que existen otros fármacos más específicos y eficaces para ello, el uso de la terapia hormonal sólo con este fin no es tan recomendable.
Conoce también los riesgos
Antiguamente se creía que la terapia hormonal suponía grandes beneficios para la salud de la mujer, además de aliviar los molestos síntomas que la menopausia acarrea. Sin embargo, recientes estudios realizados por el Instituto Nacional de la Mujer a nivel mundial han demostrado que este tipo de método entraña grandes riesgos para la mujer, siendo éstos tan severos como pueden ser algunos de los síntomas menopáusicos que trata. Seguir una terapia hormonal aumenta el riesgo y las probabilidades de:
- Padecer demencia.
- Sufrir alteraciones en la circulación, lo que aumenta la posibilidad de tener coágulos en la sangre, ataques al corazón o derrames cerebrales.
- Enfermedades de la vesícula biliar.
- Cáncer de mama. Los estudios demostraron que las mujeres que tomaban hormonas presentan más probabilidades de desarrollar cáncer mama y de que éste se extienda con más rapidez a ganglios linfáticos. El número de cánceres de mama en este grupo de mujeres aumentó en función de la cantidad de tiempo durante el cual recibieron hormonas, y disminuyó después de interrumpir la medicación.
- Cáncer de endometrio, en este caso sólo en mujeres con útero.
- Cáncer colorrectal. Sobre todo en mujeres con terapia combinada, en las que en el momento del diagnóstico el tumor está más avanzado que en la mayoría de los casos.
Entonces, ¿la terapia hormonal es para mí?
Como todo tratamiento médico la terapia hormonal presenta un lado positivo y otro negativo. Para la mayoría de las mujeres, los riesgos de usar esta terapia superan los beneficios. Pero para otras, los beneficios pueden superar los riesgos. Este es el motivo por el cual es importante hablar con su médico sobre la terapia hormonal.
Es importante que antes de comenzar el tratamiento se comprendan tanto los riesgos como los beneficios, así como el seguimiento que se requiere en caso de comenzar la terapia. Teniendo esto claro, y tras analizar cada caso, ambos, la mujer y su ginecólogo, decidirán qué tratamiento se aconseja. Resulta importante saber las hormonas que se estén considerando tomar al momento de evaluar los riesgos.
Tomar la menor dosis posible, durante el menor tiempo y con una correcta supervisión médica disminuye las probabilidades de que aparezcan los riesgos. Además, éstos disminuyen hasta desaparecer una vez que se suspende el tratamiento.
Si bien la terapia hormonal para la menopausia ofrece beneficios a corto plazo, como el alivio de los sofocos de calor y la sequedad vaginal, existen varios problemas de salud asociadas que hacen que sea mejor evitar su uso. Si deseas disminuir los síntomas de la menopausia y no estás convencida de usar un tratamiento hormonal, existen otras alternativas que se pueden probar primero. Consumir alimentos ricos en calcio y vitamina D, o tomar suplementos alimentarios que contengan estos nutrientes, previene la osteoporosis.
Algunas mujeres recurren a tratamientos de medicina natural, algunos de de estos remedios contienen compuestos similares a los estrógenos derivados de la soja, cereales integrales, semillas oleaginosas (principalmente el lino o linaza) y legumbres. Además, para determinados síntomas existen fármacos específicos que no entrañan los riesgos de las hormonas.
Hoy en día existen remedios naturales y farmacéuticos que ayudan a la mujer en su climaterio, como es el caso de la terapia hormonal, una correcta información y seguir el consejo de tu ginecólogo puede ayudarte sin que pongas en riesgo tu salud.