El Trastorno Dismórfico Corporal lo sufren aquellas personas que, con una apariencia normal, están extremadamente preocupadas por un defecto físico imaginario. A este trastorno también se le conoce como "dismorfobia" o "síndrome dismorfico".
Este trastorno deriva en una obsesión y una percepción irracional sobre la imagen corporal que produce efectos muy negativos sobre la salud de las personas que lo sufren. A menudo, manifiestan síntomas de ansiedad y depresión.
¿Qué sucede cuando una persona sufre el Trastorno Dismórfico Corporal?
En la sociedad actual en la que vivimos, la imagen que proyectamos en los demás se considera uno de los aspectos más importantes de nuestra vida y, esta creencia errónea, puede provocar problemas de autoestima en personas que no se sientan identificadas con los cánones de belleza socialmente valorados.
Cuando una persona padece este trastorno, se sumerge en un mundo lleno de frustración y de obsesión en el que las imperfecciones percibidas de su imagen corporal son las protagonistas.
Cuando la preocupación por la eliminación de los defectos físicos es excesiva puede convertirse en algo patológico, llevando a la persona a realizar hábitos que pueden ser muy perjudiciales y autodestructivos para su salud.
Es habitual que las personas que sufren el trastorno no reconozcan que su preocupación por el aspecto físico es patológica, por lo que tardarán en buscar ayuda y se relacionarán durante mucho tiempo con este trastorno. Es decir, puede estar durante meses o años retroalimentando su preocupación y obsesión hasta que una persona de su entorno perciba lo que sucede.
¿Qué síntomas manifiestan las personas que padecen el Trastorno Dismórfico Corporal?
- Problemas en el estado anímico: ansiedad, depresión, problemas de autoestima, etc.
- Pensamientos irracionales: percepción negativa sobre la imagen corporal, obsesión por defectos inexistentes para el resto de personas, etc.
- Aislamiento social: tienden a evitar situaciones sociales en las que se sienten juzgados, como fiestas, reuniones sociales, ir a la piscina, etc.
- Conductas y pensamientos autodestructivos: pueden aparecer pensamientos suicidas y conductas autolesivas.
- Emociones negativas: este trastorno afecta en la imagen que tenemos de nosotros mismos y, por lo tanto, también afecta al ámbito social, familiar y laboral. Por ello, es común que aparezcan sentimientos negativos, como la ira, la frustración, la culpabilidad, la soledad, la vergüenza o la tristeza.
¿Cuáles son los signos que nos indican que una persona de nuestro entorno puede sufrir un Trastorno Dismórfico Corporal?
Además de los síntomas que pueden manifestar, existen una serie de indicaciones que caracterizan a este trastorno y que, en algunas ocasiones, son notablemente visibles.
El signo más característico de este trastorno es la obsesión por una parte específica de nuestro cuerpo, en la que se centra toda la atención y la preocupación, teniendo pensamientos negativos sobre el aspecto físico durante la mayor parte del día.
Existes casos en los que estas personas sufren problemas de alimentación por la percepción irracional de verse excesivamente gordo o delgado.
También, pueden aparecer percepciones erróneas sobre la asimetría o desproporción de alguna zona del cuerpo, hecho que puede provocar muchos complejos e inseguridades en las personas que lo experimentan.
Las personas que sufren el Trastorno Dismórfico Corporal están continuamente:
- Mirándose en el espejo.
- Suelen utilizar grandes cantidades de maquillaje.
- Pueden recurrir a la ingesta de pastillas para ganar o perder peso.
- Usan ropa que siempre tape una zona del cuerpo de la que se acomplejan.
- Tomar la decisión de recurrir a intervenciones quirúrgicas para acabar con sus preocupaciones, etc.
Es importante que si la familia o los amigos perciben algunas de estas indicaciones traten de hablar con la persona para conocer qué es lo que le preocupa y cómo pueden ayudar. Siempre hay que intentar ser comprensivo y mostrar a la persona la preocupación sin juicios ni agobios.
¿Existe tratamiento para superar el Trastorno Dismórfico Corporal?
La realidad es que sí, este trastorno se puede superar con ayuda de profesionales especializados en este ámbito.
Lo más común es que las personas que sufren este trastorno acudan en primer lugar a un cirujano plástico o a un dermatólogo para tratar los defectos físicos que perciben.
Cuando estos especialistas se percatan de la obsesión de sus pacientes pueden derivarles a un psiquiatra y esta opción no suele ser bien acogida, por lo que en un principio rechazan la recomendación.
Es en este momento cuando la familia más cercana debe estar alerta y acompañar a la persona en el proceso para que no se sienta sola. Si la idea de acudir al psiquiatra se descarta, se puede sugerir acudir al médico de cabecera.
Por este motivo, es importante que el centro de salud cuente con un psicólogo para que pueda intervenir en estos casos, tratando el problema desde la raíz.
¿Qué tratamientos se pueden seguir?
Uno de los tratamientos más beneficiosos es el tratamiento no farmacológico llevado a cabo por un psicólogo especializado en este trastorno.
Es habitual que se utilicen técnicas conductuales para reducir progresivamente los hábitos negativos y autodestructivos, comenzando por los menos perjudiciales, como evitar mirarse al espejo o maquillarse para tapar algún defecto.
Paulatinamente, se trabajará aquellas conductas más arraigadas en la persona, como acudir a eventos sociales sin utilizar maquillaje, utilizar ropa menos holgada o que descubra aquellas partes del cuerpo que nos acomplejan, etc. Proporcionando estrategias para mejorar las habilidades sociales del individuo.
Asimismo, durante la terapia, se trabajarán los aspectos cognitivos, incidiendo en la autoestima, en los pensamientos irracionales o alteraciones del pensamiento, en sentimientos de soledad, culpabilidad o tristeza, etc., a través de técnicas como la reestructuración cognitiva.
Algunos pacientes, antes de acudir a terapia, pueden sufrir alucinaciones que provoquen la percepción errónea de la desproporción o asimetría de alguna parte de su cuerpo, así como la percepción desajustada del peso corporal.
Es por esto, que la terapia cognitivo-conductual puede combinarse con terapia psiquiátrica en la que se incluyen fármacos para eliminar estas alucinaciones o tratar la ansiedad y depresión propias de este trastorno.
Una vez que el paciente ha asimilado el problema y aprendido las estrategias o herramientas proporcionadas por el terapeuta, se pondrán en práctica durante la terapia, incluso, se podrá trabajar en grupo con otras personas que sufran el mismo trastorno.
Para la superación del trastorno, es importante que durante todo el proceso la familia y los amigos estén junto a la persona para reforzar positivamente los logros y ofrecer su apoyo en las recaídas o los momentos más duros.