El trastorno explosivo intermitente (TEI) se trata de un nuevo trastorno psicológico, concretamente trastorno disruptivo, recogido hace relativamente poco por la Asociación Americana de Psiquiatría en el DSM V. Dicho trastorno se caracteriza por una incapacidad a la hora de controlar los impulsos y la conducta, es decir, por la sucesión de episodios aleatorios de manera repetida, en los que predomina la violencia, las conductas impulsivas, o el uso agresivo del vocabulario, generalmente exagerado para la situación en la que se está.
En muchas ocasiones estos patrones de conducta se pueden ver reflejados en un maltrato intrafamiliar, agresividad excesiva, llegando incluso a romper objetos cercanos, lanzarlos, etc; realizando rabietas desproporcionadas, brotes de ira temporales, pudiendo incluso llegar a dañarse a sí mismos.
¿Por qué se dan estos episodios en las personas con un trastorno explosivo intermitente?
Generalmente en los casos en que una persona padece un trastorno explosivo intermitente, l os brotes de ira o agresividad se dan ante una situación de frustración o estrés, siendo dicha persona incapaz de gestionar la situación, por pequeña o mínima que sea esta.
Esto sucede porque no tiene las habilidades necesarias para una gestión adecuada, viviéndolo por esta razón con más intensidad que el resto de las personas. Es decir, las personas que padecen TEI poseen un umbral muy bajo de tolerancia a la frustración, por lo que a cualquier situación que genere esta misma, por mínima o insignificante que sea, les desborda y entran el cólera, incluso aunque segundos antes estuvieran alegres, riendo, contentos, calmados, etc.
Normalmente tras estos episodios la persona se siente culpable, con remordimientos, siendo consciente de que su manera de actuar no ha sido la correcta, sobretodo porque saben que no han sido capaces de controlar la situación ni sus impulsos.
El trastorno explosivo intermitente (TEI) se trata de un nuevo trastorno psicológico¿Cuando tiende a aparecer este trastorno en la vida de una persona? ¿Es más común en un sexo que en otro?
El momento de aparición de los primeros indicios de este trastorno no tiene una edad fija, depende de cada persona, de cada situación, etc. Pero si es cierto que generalmente las primeras manifestaciones de trastorno explosivo intermitente empiezan a aparecer alrededor de los seis o siete años de edad, haciéndose más visibles y notables cuando la persona llega a la adolescencia.
Según estadísticas que lo avalan, este trastorno puede darse tanto en hombres como en mujeres, pero a día de hoy, se han detectado más casos en el sexo masculino, y si no se recibe un tratamiento lo antes posible, puede llegar a ser crónico.
¿Cuales son la causas del trastorno explosivo intermitente?
Actualmente no se conocen las causas como tal de dicho trastorno, pero algunos especialistas consideran que el TEI podría tener cierta predisposición genética, es decir, pasándose este tipo de comportamientos de padres a hijos, ya que en la mayoría de los casos se han detectado más de una persona diagnosticada de este trastorno, en la misma familia.
A su vez, también afirman que el entorno y el ambiente pueden afectar a la hora de padecer el trastorno explosivo intermitente, siendo más común en personas con una infancia complicada, criadas en contextos de violencia o abusos, tanto verbal como físico, maltrato, etc; habiendo adquirido de manera inconsciente esos comportamientos y rasgos a medida que crecen.
Otra posible causa que barajan algunos psicólogos son la existencia de algunas alteraciones a nivel cerebral, ya que han detectado notables disminuciones en los niveles de insulina y serotonina en personas con este trastorno, siendo visible por esta razón, un menor uso de las zonas prefrontales del cerebro, las cuales están encargadas de controlar los impulsos y el comportamiento, y un mayor uso en las encargadas de las vivencias a nivel emocional.
¿Existen factores de riesgo que favorezcan la aparición de dicho trastorno?
Como bien hemos dicho antes, algunos psicólogos afirman que el entorno y el ambiente en el que reside la persona influyen a la hora de padecer o no un TEI, por lo tanto se considera que hay circunstancias que posiblemente se conviertan en factores de riesgo que facilitan su aparición. Algunas de estas pueden ser:
- Vivencias traumáticas en la infancia: Los primeros años de vida son periodos críticos, ya que es en esta etapa en la que la persona configura su personalidad, por o tanto cualquier vivencia traumática afectará negativamente. En este caso, vivir un maltrato, un abuso, un núcleo familiar desestructurado puede ser un factor de riesgo que desencadene el padecimiento de un trastorno explosivo intermitente.
- Antecedente de enfermedades de salud mental: Otro factor de riesgo que puede influir directamente a la hora de padecer o no este trastorno, el tener antecedente familiares de este o de similares, como pueden ser: el trastorno límite de la personalidad, el TDH (trastorno de hiperactividad), trastorno de personalidad antisocial, trastorno bipolar, etc.
No existen unas síntomas o rasgos específicos para este trastorno¿Qué síntomas o rasgos presentan las personas con trastorno explosivo intermitente?
No existen unas síntomas o rasgos específicos para este trastorno, ya que estos depende mucho de cada persona, de la situación que haya vivido, de su capacidad de gestionar la frustración, de su nivel de resiliencia, de sus experiencias, etc. No obstante se podría decir, que existen algunos comportamientos comunes en la mayoría de los casos, los cuales podrían ser:
- Comportamientos explosivos y agresivos de manera repentina.
- Repetición de estos comportamientos antes situaciones de estrés.
- Poca gestión de la frustración, el estrés,las dificultades, etc.
- Episodios agresivos precedidos de: aumento de la energía, temblores, palpitaciones, sensación de hormigueo por zonas del cuerpo, sensación de opresión en el pecho, etc.
- No existe premeditación, estos episodios no son planeados ni intencionados.
- Rabietas o comportamiento desproporcionados para la situación real.
- Uso de la violencia tanto física como verbal, gritos, insultos, etc.
- Pérdida de control en el momento de la explosión de ira.
- Sentimientos de culpa, remordimiento, vergüenza, arrepentimiento cuando está a pasado.
- Amenazas a personas, incluso a animales.
- Sensación de alivio y/o cansancio tras el episodio de ira.
- Autoinflingirse daño, es decir, autolesionarse.
¿Se pueden prevenir los episodios de ira?
Para una persona que padece un trastorno explosivo intermitente puede no resultar fácil prevenir los episodios de ira, y mucho menos controlarlos. Por ello, desde Bekia, dejamos una serie de pautas o de consejos, con los cuales se puede prevenir, o disminuir la intensidad de dichas explosiones.
- Consulta con un especialista y sigue el tratamiento que te recomiende.
- Lleva a cabo prácticas de relajación.
- Ocupa tu tiempo y distráete con hobbies, ya sean pintar, escuchar música, leer, etc.
- Realiza ejercicio, el ejercicio te ayuda a liberar tensiones y a sentirte más calmado.
- Aprende a mejores tus habilidades sociales, a utilizar una comunicación adecuada, a gestionar tus emociones, etc.
- Evita consumir sustancias que afecten a tu estado de ánimo, tales como alcohol, marihuana, cocaína, etc.
- Evita malas compañías, si es necesario cambia de entorno, aunque sea un par de días.
