El sueño forma parte de la vida diaria de las personas siendo una necesidad biológica que restablece las funciones físicas y psicológicas básicas para alcanzar un rendimiento satisfactorio. Sus trastornos ocasionan problemas de salud con consecuencias que abarcan los ámbitos individual, laboral, económico y social. Destaca por su magnitud el insomnio, que se debe tratar precoz y adecuadamente para evitar consecuencias sobre la salud y la calidad de vida de quien lo padece.
Insomnio literalmente es "falta de sueño a la hora de dormir" , y sin embargo, en la práctica este término es usado con significados muy diversos, lo que introduce cierta confusión en el ámbito clínico y en la población general. No debería confundirse insomnio con la privación o falta de sueño voluntaria o impuesta, ni con el "dormir mal".
Las manifestaciones más características tanto del insomnio ocasional como del crónico, son las dificultades para iniciar y mantener el sueño y el despertar final precoz. Las personas que acuden a consulta por no poder dormir se quejan además de otros síntomas durante el día, como son alteraciones del humor, cansancio, dificultad para realizar las tareas cotidianas o somnolencia. Pese a ello, en ocasiones, las personas con insomnio no pueden dormirse durante el día. De hecho, muchas veces se considera el insomnio como un estado de hiperalerta o "trastorno de la vigilancia que dura las 24 horas del día", convirtiéndose en un problema que afecta a la persona, tanto por la noche como por el día.
Existen varios factores que contribuyen a la aparición, el desarrollo y el mantenimiento del insomnio; los que predisponen que aparezca el insomnio (genéticos, psicológicos), los que precipitan su desarrollo (situaciones estresantes) y los que lo perpetúan.
Antes de recurrir a cualquier tratamiento, bien sea farmacológico o de remedios naturales, es esencial averiguar el tipo de insomnio que se padece y las causas que lo provocan ya que hay que tener en cuenta que no existe únicamente un tipo sino que existen varias clasificaciones, según su origen, según el momento de la noche en el que se produzca o según su duración.
Para tratar el insomnio se realizan varias intervenciones terapéuticas:
- Educación para la salud
- Medidas de higiene del sueño
- Intervenciones psicológicas
- Intervenciones farmacológicas
- Otros tratamientos: remedios naturales
Insomnio ocasional
Las alteraciones del sueño asociadas al estrés o la ansiedad, es decir, en los casos de insomnio ocasional o de corta duración se puede corregir esta circunstancia siguiendo una serie de medidas higiénicas del sueño que comprenden una serie de hábitos de conducta que facilitan el comienzo o mantenimiento del sueño y que son el denominador común de todo tratamiento utilizada para los trastornos del sueño. Las personas con problemas de insomnio ocasional pueden adoptar estos hábitos para que les ayuden a minimizar su problema y favorecer un sueño normal tratando de adquirir mejores costumbres que convienen al estilo de vida general o de cambiar aquellas que se sabe que interfieren con el sueño.
Algunas de las medidas fundamentales de higiene del sueño centradas en el insomnio son irse a la cama sólo cuando se tenga sueño, levantarse todos los días, incluidos los fines de semana, a la misma hora o
evitar quedarse en la cama despierto más tiempo del necesario
El tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico es una medida complementaria dentro de un tratamiento integral del insomnio. Para establecer la terapia farmacológica se tiene que tener en cuenta tanto la duración del problema como el tipo de insomnio. Los fármacos indicados para tratar el insomnio ocasional son los hipnóticos y siempre se suministra la menor dosis posible, en periodos cortos y con una reducción paulatina para minimizar los efectos adversos. Se realiza de este modo ya que a partir de las dos semanas de utilización puede desarrollarse dependencia física y psíquica, además de disminuir su efectividad.
Benzodiacepinas
Durante unas tres décadas, el tratamiento farmacológico del insomnio ha estado dominado por la utilización de los hipnóticos benzodiacepínicos (benzodiacepinas-BZD), agentes depresores del sistema nervioso y promueven la relajación física y mental, reduciendo la actividad nerviosa en el cerebro. Se recomienda su uso sólo para insomnios ocasionales y a corto plazo puesto que sus efectos secundarios son numerosos (somnolencia diurna, desorientación, dolor de cabeza, vértigo, nauseas o fatiga, entre otros) y Algunos de estos fármacos son flurazepam, triazolam, loprazolam, nitrazepam, midazolam, temazepam, brotizolam, diazepam y lorazepam.
No benzodiacepínicos
Estos fármacos fueron desarrollados con el objetivo de vencer algunas de las desventajas de las benzodiacepinas, ligadas a sus efectos secundarios y que no han conseguido eliminar.
Remedios naturales
Si no queremos recurrir a los tratamientos farmacológicos podemos optar por remedios naturales entre los que encontramos la acupuntura, la fitoterapia o la homeopatía, aunque su efectividad no siempre esté probada o sus efectos no sean tan intensos o inmediatos como los del tratamiento farmacológico.
La aromaterapia es uno de los remedios naturales para mejorar las situaciones de estrés y el descanso nocturno. Los aceites esenciales son sustancias que no crean dependencias ni tienen efectos secundarios adversos a las dosis recomendadas. Se pueden usar mediante un difusor en húmedo (humidificador) o en seco (sin agua), según las necesidades de cada persona. Otra aplicación es la inhalación aplicando gotitas en un pañuelo o tela, o aplicando en diferentes partes del cuerpo.
El uso de hierbas aromáticas o medicinales para tratar los trastornos de sueño es uno de los remedios naturales más usados y de más antigüedad. Las hierbas medicinales son populares, usadas en diferentes culturas, y pueden considerarse una opción de tratamiento para dormir. Es importante conocer tanto los beneficios como los riesgos que comprenden las plantas y los preparados que se hacen, por lo que hay que recurrir a profesionales que tengan conocimientos sobre ellos. La valeriana, la pasiflora, la amapola de California, la lavanda, la melisa o el tilo, son algunas de las plantas y hierbas usadas como remedios para trastornos del sueño y que suelen usarse combinadas, tanto en hierba seca como en extracto, para potenciar los efectos sedantes de las mismas.
Otro de los remedios naturales más antiguos es la acupuntura, una de las formas principales de tratamiento en la Medicina China Tradicional. Es un procedimiento en el que se perforan áreas corporales específicas, los puntos meridianos, con unas agujas finas. Aparte de la acupuntura tradicional con aguja, se han desarrollado diversas formas de acupuntura, incluida la electroacupuntura, la acupuntura láser, la acupresión, la terapia auricular y la estimulación eléctrica transcutánea (EET) del punto de acupuntura. Aunque no se conoce el efecto a largo plazo de la acupuntura sí se ha observado que aumenta el número de horas de sueño sin interrupciones.
Siempre consultaremos siempre a profesionales o especialistas para tratar de manera óptima y sin riesgos los problemas relacionados con el insomnio, quienes nos aconsejarán si nos conviene mejor un tratamiento con fármacos o con remedios naturales, o quienes nos asesorarán si nosotros ya hemos decidido cómo tratar el trastorno del sueño.