Muchas personas que reciben quimioterapia tienen dudas o desconocen los efectos secundarios que este tipo de tratamientos pueden tener. A esto hay que sumarle la incertidumbre que provoca nuestra reacción a estos efectos secundarios: no sabemos cómo nos vamos a sentir emocionalmente y cómo los vamos a sobrellevar físicamente. Sin embargo, es importante conocer que no siempre aparecen síntomas secundarios y que, cuando aparecen, en la gran mayoría de los casos son tolerables. Además, en muchas ocasiones se asocia la presencia de síntomas secundarios con un empeoramiento del tumor cuando realmente no necesariamente es así: el tumor puede evolucionar favorablemente y los síntomas desaparecen una vez finalizada la quimioterapia. La existencia e intensidad de estos síntomas dependerá de varios factores: el tipo de tratamiento, la duración, la dosis recibida y el estado de salud general de la persona que lo recibe.
Cuál es el objetivo de la quimioterapia
Los tratamientos de quimioterapia se realizan para curar el cáncer, evitar la metástasis, reducir el ritmo de crecimiento del tumor y combatir los síntomas producidos por el cáncer.
Por qué se producen los efectos secundarios
Los fármacos utilizados en la quimioterapia se encargan de destruir las células que se están dividiendo. Las células tumorales se dividen rápidamente y son muy sensibles a los efectos de estos fármacos. Sin embargo, en nuestro cuerpo tenemos muchas otras células sanas que se dividen rápidamente y que también son atacadas por este tipo de fármacos, desencadenando así estos efectos secundarios.
Cuándo aparecen y cuánto tiempo duran los efectos secundarios
Los efectos secundarios aparecen durante las primeras horas o las primeras semanas tras la administración de la quimioterapia. Sin embargo, estos efectos desaparecen cuando el tratamiento finaliza y generalmente, sin secuelas.
Qué efectos secundarios aparecen durante el tratamiento con quimioterapia
Durante el tratamiento, pueden aparecer diversos síntomas secundarios. No necesariamente la persona en tratamiento sufrirá todos estos síntomas; la aparición de unos u otros síntomas dependerá del tipo de tratamiento y de las condiciones personales :
- Alteraciones en el aparato digestivo: náuseas y vómitos, falta de apetito, inflamación de la boca, alteración del gusto de los alimentos o la percepción de su sabor, diarreas o estreñimiento.
- Alteraciones de la médula ósea: descenso de glóbulos rojos (causa debilidad, cansancio, sensación de falta de aire, palpitaciones, mareos, palidez), descenso de los leucocitos (genera inmunodepresión aumentando el riesgo de padecer infecciones), descenso de plaquetas (se encargan de la coagulación de la sangre por lo que pueden aparecer hemorragias o hematomas repentinos).
- Alteraciones en el cabello, piel y uñas: pérdida de cabello, de prurito (picor), eritema (color rojo de la piel), sequedad, y descamación. Las uñas se oscurecen, se debilitan y aparecen bandas verticales.
- Alteraciones neurológicas: disminución de la sensibilidad, acorchamiento, hormigueos, sensación de pinchazos en las extremidades (brazos y piernas), pérdida de fuerza y destreza manual.
- Alteraciones cardiacas
- Alteraciones renales
- Alteraciones cognitivas: problemas de memoria y concentración
- Alteraciones de la vejiga urinaria: cistitis
- Alteraciones en la sexualidad y la fertilidad: disminución del deseo y la apetencia sexual, afectación del funcionamiento del ovario en las mujeres provocando síntomas similares a los de la menopausia, esterilidad o disminución de la erección en los varones.
Existen en el mercado distintos fármacos para combatir los síntomas secundarios de la quimioterapia
Nunca debemos automedicarnos y menos aun cuando estamos bajo un tratamiento de quimioterapia. El médico es quien debe prescribir y supervisar los fármacos y las dosis que debemos tomar y en ningún caso debemos actuar por cuenta propia. A continuación, se nombran algunos de los fármacos más utilizados para aliviar los síntomas secundarios.
Antieméticos (por ejemplo, ondansetrón) para combatir las náuseas y los vómitos, y ansiolíticos para tratar los vómitos anticipatorios, ya que estos se relacionan con estados de nerviosismo y ansiedad ante la sesión de quimioterapia (asociación de malestar con estímulos como el olor del hospital, el camino hacia el hospital, etc.). Además, para combatir la diarrea intensa, puede utilizarse loperamida.
También, los corticoides son útiles para combatir las náuseas, reducir la inflamación y aliviar los dolores de cabeza provocados por los tumores.
Asimismo, los AINES son antiinflamatorios, analgésicos y antipiréticos, por lo que reducen los síntomas de la inflamación, el dolor y la fiebre. Para el dolor y la fiebre también puede tomarse paracetamol.
Los líquidos anestésicos y los fármacos antifúngicos (combaten los hongos), son muy útiles para el tratamiento de la mucositis.
En el momento en que percibamos que los síntomas aumentan o son de mayor intensidad, es muy importante consultar con el oncólogo.
Existen gran variedad de remedios naturales y recomendaciones que serán de gran utilidad para combatir estos síntomas, y, en muchas ocasiones, con igual o mayor eficacia.
Algunas recomendaciones generales que seguir son:
- Se debe descansar lo suficiente
- Seguir una dieta equilibrada y saludable: evitar alimentos pesados y grasos, tomar alimentos ricos en hierro y antioxidantes.
- Informar a nuestro médico sobre todos los medicamentos que se están tomando
- Cuidar mucho la piel
- Beber abundantes líquidos y mantenerse bien hidratado
- Evitar golpes, traumatismos o cortes cuando realices actividades habituales
- Mantener una buena higiene corporal
- Camina siempre que puedas y siempre que tu estado físico te lo permita
Entre los remedios naturales más efectivos para aliviar los síntomas secundarios, encontramos:
La fitoterapia (terapia con plantas medicinales): jugo de aloe vera, alcachofera, uña de gato, diente de león, cola de caballo, corteza de limón, menta, melisa y jengibre, son plantas que combaten la falta de energía, los problemas digestivos y renales.
La terapia ortomolecular es muy útil. Es recomendable consumir vitaminas A, C, E, Selenio y Zinc, aceites Omega 3.6.9 (fortalece el sistema inmune) y levadura de cerveza.
La acupuntura aumenta la energía, ayuda a combatir el dolor y a aumentar las defensas.
También el yoga y las técnicas de respiración y relajación, nos ayudan a sentirnos menos ansiosos, aportan optimismo, pensamientos positivos, motivación ante todo el proceso y ayuda a hacer frente a los problemas de sueño.
Mediante la sudoración se eliminan toxinas, por lo que acudir a una sauna o tomar alimentos picantes puede ayudarnos. Beber abundante agua también nos ayuda a eliminar esas toxinas.