Existen numerosos factores que influyen negativamente en el correcto funcionamiento de tu sistema circulatorio que, si se prolongan en el tiempo, pueden provocar úlceras vasculares. A continuación, te contamos todo lo que debes saber sobre cuáles son estos factores predisponentes, qué tipos de heridas vasculares existen y cómo evitar que aparezcan.
¿Qué son las úlceras vasculares? ¿Qué tipos de úlceras vasculares existen?
El sistema circulatorio dispone de dos sistemas complementarios que permiten, por un lado, la difusión de la sangre oxigenada a los tejidos y, por otro, el retorno de la sangre pobre en oxígeno. Así, las arterias llevan la sangre rica en oxígeno que ha de llegar a todas y cada una de las células de nuestro cuerpo y las venas realizan el camino contrario con sangre pobre en este gas.
Para ser más precisos, existe una sola excepción a esta regla, la vena pulmonar, ya que se trata de la única vena en todo el organismo que transporta sangre rica en oxígeno, desde los pulmones al corazón.
Cuando alguno de estos dos sistemas se ve afectado, es más probable que la piel se rompa provocando bien una úlcera venosa, bien una úlcera arterial.
Las úlceras venosas son heridas relacionadas con una insuficiencia de las venas del sistema circulatorio. Son las más frecuentes y suponen un 70% de todas las úlceras vasculares.
Por su parte, las úlceras arteriales son lesiones en la piel provocadas y agravadas por un mal funcionamiento del sistema arterial y tienen bastante menos incidencia suponiendo solamente entre un 10 y un 15% de todas las úlceras vasculares.
En determinadas ocasiones, la etiología de la pérdida de la integridad cutánea es una mezcla entre un mal funcionamiento del sistema venoso y el arterial. En tal caso, estaríamos hablando de una úlcera mixta.
Al contrario de lo que ocurre con las úlceras por presión, que pueden padecerse en prácticamente cualquier zona del cuerpo sometida a presión u otras fuerzas, la localización de las úlceras vasculares se centra casi en exclusiva en los miembros inferiores.
¿A qué se deben las úlceras vasculares? ¿Cuáles son los síntomas de alarma?
Cuando las venas de nuestro sistema circulatorio no retornan la sangre correctamente, se dice que existe una insuficiencia venosa que, mantenida en el tiempo, ocasiona que la sangre que debería circular hacia el corazón se quede "estancada" en las venas de las extremidades, provocando un acúmulo patológico de sangre en las mismas. Esto hace que las piernas se edematicen -se acumule líquido- y la piel sea tremendamente susceptible de romperse. Además, a causa de la hipertensión venosa, es más probable que se inicien procesos de trombosis, inflamación, isquemia, necrosis tisular y ulceración.
Si no se afronta la situación con las medidas de prevención y tratamiento adecuados, es posible que se produzca una úlcera venosa. Es común que, cuando el sistema venoso no funciona bien, la piel se vuelva de un color parecido al ocre y se endurezca. Si es tu caso, es importante que acudas a tu médico o enfermero.
Las úlceras arteriales, por otro lado, se producen por un proceso de oclusión de la luz de una o varias arterias, esto es, un estrechamiento progresivo de la misma que provoca que la sangre arterial, rica en oxígeno y nutrientes, no pueda llegar a los tejidos, comprometiendo la funcionalidad de los mismos. Existen tres variantes que pueden producir la insuficiencia arterial que propicie la aparición de una úlcera:
- Aterosclerosis: Producida por una placa de ateroma, esto es, un agregado de composición lipídica.
- Arterioloesclerosis: Es una obstrucción de las arteriolas -arterias pequeñas- debido a un engrosamiento fibromuscular.
- Esclerosis de Monckeberg, que consiste en una calcificación de la capa media de las arterias musculares.
La mayor parte de las veces este proceso es imperceptible y la oclusión pasa desapercibida hasta que al menos un 70% de la luz de la arteria está obstruida. Además, en ocasiones, el cuerpo desarrolla la circulación colateral, de las arterias cercanas, por lo que, en reposo, se asegura el aporte de oxígeno a las zonas más distales. Así, la sintomatología -la llamada claudicación intermitente- sólo se hace evidente durante el esfuerzo, cuando los tejidos requieren de más oxigenación. Dado que los síntomas pueden pasar desapercibidos durante mucho tiempo hasta ser irreversibles o potencialmente graves, la prevención mediante el control de los factores de riesgo es vital.
No obstante, existen signos de alarma en la piel que pueden indicarnos la necesidad de consultar con nuestro médico con la máxima brevedad posible. En la insuficiencia arterial, encontramos una piel pálida, con tendencia a la sequedad, sin pelo y fría al tacto. Es posible que presente manchas cianóticas o violáceas que pueden derivar en vesículas de contenido serohemático o sanguinolento que, si se rompen pueden dar lugar a una lesión de color grisácea, verdosa o, incluso, necrótica.
Sin embargo, el signo temprano más evidente de una obstrucción significativa de una arteria es la ausencia o debilitamiento de los pulsos periféricos. Si notas cualquiera de estos signos y síntomas en tus piernas, especialmente si sufres alguno de los factores de riesgo de la insuficiencia arterial de los que hablaremos a continuación, no dudes en consultar a tu médico.
¿Qué factores influyen en la aparición de las úlceras venosas? ¿y en las arteriales?
Los mecanismos relacionados con la aparición de úlceras venosas tienen que ver con la edad, el sedentarismo y el sexo. Así la prevalencia de este tipo de úlcera vascular se incrementa con la edad: A más edad, más riesgo de insuficiencia venosa y, por lo tanto, de sufrir este tipo de heridas. Respecto al sexo, las mujeres tienen entre 2 y 3,5 veces más probabilidades de padecer estas lesiones que los hombres.
Evitar el sedentarismo y llevar una vida saludable, con una alimentación equilibrada, ayuda a prevenir las úlceras venosas, entre otras muchas patologías. Tanto es así que, estudios epidemiológicos han confirmado que el riesgo de varices se aumenta en un 30% en las personas que trabajan sentadas respecto a las que tienen un ritmo de vida más activo.
En el caso de las úlceras arteriales, los factores de riesgo están relacionados con el padecimiento de otras enfermedades como la hipertensión arterial, la dislipemia (tener las cifras de colesterol "malo" o LDL altos, la de triglicéridos altos y la de colesterol "bueno" o HDL, bajo), la presencia de cifras elevadas de ácido úrico en sangre, así como con la diabetes, la obesidad, el sedentarismo y con el estrés. Uno de los factores de riesgo más importantes es el tabaquismo, hasta tal punto que un fumador de más de 15 cigarrillos al día tiene 15 veces más posibilidades de desarrollar una úlcera arterial que una persona que no tenga este hábito.
Las úlceras vasculares suponen un grave problema de salud, muy complejo de tratar pero que nos permite incidir muy significativamente en la mayor parte de los factores de riesgo. Obviamente, no está a nuestro alcance, por ejemplo, evitar la mayor incidencia de úlceras venosas en una mujer ni detener el proceso de envejecimiento inherente al paso del tiempo, pero una vida saludable, con una alimentación variada y ejercicio físico, disminuye notablemente la posibilidad de padecer estas dolencias que pueden llegar a ser fatales. Y lo más importante, si eres fumador, pide ayuda para dejarlo cuanto antes. El humo del tabaco es tremendamente perjudicial para tu sistema circulatorio y para todas las células de tu cuerpo. Empieza a quererte más y a cuidarte desde hoy.