Cada vez existe una mayor concienciación sobre la importancia de cuidar una buena manicura y pedicura. Sin embargo, son muchas las personas que creen que cualquier aspecto feo o desagradable procedente de las uñas se debe a una falta de higiene o de despreocupación estética y lo cierto es que, lo que realmente sucede, no puede estar más alejado de eso. Algo que se repite en mucha gente y que afecta a las uñas de los pies es la de tenerlas más gruesas de lo normal y de un color amarillo nada sano.
Por lo general, la explicación más extendida al sufrir este tipo de problema en las uñas de los pies es la de que este cambio de su tonalidad y forma son una manera o señal que el propio cuerpo manifiesta para alertar sobre algún trastorno de salud que se esté padeciendo. También es posible que la causa sea una simple infección de hongos, haber sufrido algún traumatismo, padecer psoriasis o la consecuencia de una mala circulación.
Sea como sea, nunca hay que ignorar o tapar los síntomas pues, aunque el aspecto antiestético y desagradable de las uñas de los pies pueda dar reparo o vergüenza, si no se trata, puede desembocar en que el engrosamiento de estas vaya a peor y que la calidad de vida de la persona empeore considerablemente. A continuación, Bekia repasa las principales causas que provocan que unas uñas sanas se vuelvan amarillas y gruesas y también los posibles tratamientos a los que el paciente ha de someterse para devolverles su estado natural.
Causas más comunes
- Infección por hongos u onicomicosis. Esta se trata de una de las alteraciones más comunes que pueden sufrir las uñas de los pies. Como su propio nombre indica, este trastorno está causado por la aparición, en ellas, de unos microorganismos parasitarios comúnmente conocidos con el nombre de hongos. Estos proliferan en ambientes húmedos y cálidos, crecen por encima y debajo de la uña haciendo que esta se vuelva más gruesa y se alimentan de la principal proteína de las uñas, la piel o el pelo: la queratina.
Con este tipo de infecciones hay que tener cuidado pues son altamente contagiosas. Es por esto que, en zonas comunes húmedas y lugares públicos como baños o piscinas, siempre se recomienda ir con chanclas y nunca descalzo para evitar el contagio y la proliferación de hongos en los propios pies.
- Psoriasis ungueal de uñas. Las personas que sufren de este trastorno suelen compartir síntomas clásicos de la psoriasis pero en otras partes del cuerpo, aunque esto no tiene por qué suceder así pues se han visto casos de pacientes con psoriasis en las uñas y ni rastro de la enfermedad por el resto del cuerpo. Esta enfermedad provoca que las células muertas de la piel que se encuentra alrededor de la uña se oxiden o irriten, haciendo que esta se vuelva cada vez más gruesa.
Los síntomas de padecer psoriasis en las uñas de los pies son la aparición de agujeros, superficiales o profundos; la decoloración, con posibles apariciones de pequeños parches de color rojizo y morado; líneas de Beau, que pueden recorrer toda la superficie de la uña; desmenuzamiento y desprendimiento de esta, que se conoce con el hombre de onicolisis.
- Traumatismos y mala circulación. Esta es una de las causas más comunes y también menos graves del engrosamiento y cambio de color de una uña. Cualquier persona puede sufrir un pequeño traumatismo practicando algún ejercicio, llevando un calzado inadecuado o incluso llevándose un golpe. Por lo general, este problema no se torna en nada grave y la uña suele volver a su estado normal cuando la hemorragia cura y la herida cicatriza.
Para evitar estos pequeños traumatismos en la uña y así evitar su engrose o cambio de color, se recomienda siempre el uso de un calzado adecuado, que no apriete los dedos. También, la utilización de plantillas o de moldes para los zapatos ayudarán a proteger los dedos de los pies, así como las uñas.
Los problemas de circulación también son otra de las causas por las que las uñas se pueden volver más amarillas y gruesas. Esto se debe a la falta de nutrientes necesarios para su crecimiento y suele ser un problema bastante común en personas de avanzada edad o en personas con diabetes.
Posibles tratamientos
Cuando el hecho de que las uñas de los pies se vuelvan amarillas y gruesas procede directamente de causas tan diferentes entre sí, es fundamental saber que los tratamientos que el paciente ha de llevar a cabo dependerán de aquello que las origina. Si no se diagnostica por el médico especialista ningún trastorno de salud, quizá sea buena idea optar por otro tipo de calzado, que sea más ancho y que no aprisione los dedos de los pies. También, otra medida que puede ayudar a que tus uñas luzcan sanas y bonitas es llevar un meticuloso cuidado de tu pedicura: córtate las uñas con frecuencia, hidrata tus pies e intenta no quitarte las retículas o los pequeños pellejitos.
Si por el contrario, lo que ha causado la modificación de la forma y el color de tus uñas es una infección o cualquier otro trastorno de la salud, la solución más segura y eficaz tendrá que ser proporcionada por el médico competente. En el caso de una infección por hongos, la forma de curarla más habitual suele ser mediante algún tratamiento antimicótico tópico. Si la infección estuviera muy extendida o si hubiese alcanzado un nivel de gravedad alto, la extirpación de la uña o el tratamiento con láser son los métodos de curación más empleados.
En el caso de la psoriasis ungueal, actualmente no existe un tratamiento que cure por completo ese problema localizado. En todo caso, lo primero que se debe de hacer es tratar la enfermedad subyacente, que en este caso sería la psoriasis. Por esto mismo, es importante no ignorar o tapar ninguno de los síntomas para que, cuando antes se inicie el tratamiento, mayores serán las probabilidades de que este sea efectivo. Teniendo esto en cuenta, si tus uñas se han vuelvo amarillas y gruesas de repente, lo más recomendable será que acudas a tu médico para que él mismo te recete el tratamiento que mejor se adapte a tus necesidades.