La varicela es una enfermedad infecciosa provocada por el virus varicela zoster. La enfermedad se caracteriza por la erupción vesicular en formas de manchas o ampollas. Era más común en en el pasado, actualmente es rara la persona que la padece ya que existe una vacuna.
La forma en la que se contagia esta infección es cuando la persona enferma tose y estornude de forma que estas pequeñas gotas de líquido vesicular se transmiten por el aire. También transmitirse a través de objetos que hayan sido contaminados por el portador de la varicela. Otra forma es si se tocan las ampollas del enfermo de varicela. La enfermedad se da en la mayoría de los casos en menores de 10 años. Aunque también pueden padecerla personas mayores, en este caso sería más grave.
Síntomas y tratamiento
Los síntomas de la varicela son en un primer lugar dolor de cabeza, fiebre, dolor de cabeza o estómago y cansancio. Las erupciones derivadas de la infección no aparecen hasta que pasan entre 10 o 21 días después de que el virus zoster infecte a la persona.
Estas ampollas, producen al afectado un gran picor, y es que estas erupciones se rompen con facilidad, lo que provoca que se produzcan costras, sobre manchas rojizas en la piel. El número de ampollas aproximadamente que pueden aparecer sobre el cuerpo de un niño son entre 200 a 500.
Los primeros brotes suelen aparecer en la cara o por la zona del cuero cabelludo. Si el brote es muy grave estas erupciones pueden aparecer en la zona de la vagina, en las vías respiratorias, en la boca e incluso en los párpados, las ampollas suelen desaparecer normalmente en dos semanas. La mayoría de las ampollas no dejarán cicatrices, a no ser que a pesar del rascado estas erupciones se infecten con bacterias.
Es importante que el momento en que se detecte esta enfermedad acudir al médico, para que de esta forma el especialista nos haga las pruebas y los exámenes pertinentes para diagnosticar el grado de varicela que padecemos.
Los tratamientos que se suelen recetar para curar esta infección pasan por antihistamínicos, analgésicos y cremas o lociones que calman el picor, en los casos más leves, si el caso es más grave el tipo de medicamento que se deberá suministrar será un antiviral, como por ejemplo el aciclovir.
Otras formas para aliviar los picores que sentimos durante la varicela son darnos baños de agua tibia, también es muy recomendable que nos pongamos ropa fresca y que sea ancha para que de esta forma las ampollas no rocen con la prenda es cuestión y se produzcan rozaduras y hay intentar ni rascarse, por eso es importante que mantengas las uñas cortas, para evitar daños en la piel al rascarse. Los lugares más idóneos para estar no pasan ni por el más húmedo ni por el más caluroso.
Prevención
Una forma de prevenir esta enfermedad es mediante la vacuna, que se administra bajo una única dosis y generalmente muy bien tolerada tanto por los adolescentes como por los niños y los efectos secundarios derivados de esta son muy leves y pueden pasar por el dolor o la inflamación del lugar en el qué se ha aplicado la inyección.
La vacuna se aplica a niños de entre 12 a 18 meses de edad, pero más tarde, a los 13 años de edad se suele hacer u recordatorio de esta vacuna y no se debe suministrar a personas cuyo sistema inmunitario sea demasiado débil, ya que corren un gran riesgo de tener complicaciones.
En raras ocasiones se han presentado complicaciones como la inflamación articular, infección del corazón o neumonía. También es importante que las embarazadas que padezcan esta enfermedad tengan en cuenta que el feto puede padecer esta infección.