Es posible que ya sepas que existe un vínculo directo entre el dolor crónico y la depresión. La depresión es una de las primeras condiciones que los médicos descartan cuando quieren diagnosticar el dolor crónico y cómo el dolor crónico también puede llevar a la depresión... y de lo que se puede hacer al respecto.
Depresión clínica y dolor crónico
La mitad de las personas que tienen dolor crónico también suelen tener depresión clínica recurrente. El sentimiento de tristeza o malhumor a causa del dolor, puede derivar a la depresión clínica que les causará además, fatiga, apatía, cambios en el apetito, sentimientos de impotencia... Por si fuera poco, la depresión también les crea otros síntomas físicos, como dolores o dificultad para dormir.
El dolor crónico es más un efecto secundario de la depresión, aunque los dos diagnósticos suelen ir entrelazados y son difíciles de separar. Si bien es posible sentir dolor sin tener depresión es más que probable que si se tiene dolor crónico, también se luche contra la depresión en algún momento de la vida.
Las personas que están deprimidas y las personas con dolor crónico suelen ser personas menos activas porque sus menores y sus cuerpos hacen que vayan a un ritmo más lento. Puede ser complicado saber dónde comienza y acaba la depresión o el dolor crónico.
Estrés, dolor y depresión
Una de las razones por las que el dolor crónico y la depresión están tan unidos es debido a la forma en que el estrés funciona en el cuerpo. Cuando tienes dolor, las áreas de tu cerebro que responden al estrés se activan. El cerebro activa al cuerpo al modo de lucha o de huida, preparándose para luchar contra lo que está causando el dolor. Normalmente, cuando el dolor desaparece, esas señales de estrés se apagan y tu cuerpo vuelve a un estado relajado.
Pero cuando se tiene dolor crónico, esa lucha no se apaga nunca y el sistema nervioso se mantiene en un estado constante de alerta máxima. Demasiado estrés sin descanso desgasta el cuerpo, lo que puede dejarte vulnerable a padecer depresión. Encontrar maneras de lidiar con el estrés y lidiar con el dolor crónico puede darte una ventaja en la batalla contra la depresión.
Y si el dolor crónico interfiere en tu vida...
Tener dolor es difícil y a menudo te impide hacer cosas de la vida que disfrutas, como jugar con tus hijos, disfrutar de tus intereses, hacer ejercicio e incluso tener relaciones sexuales. Perder de estas cosas puede afectar a tu calidad de vida y puede ser un desgaste emocional enorme. Con pocas salidas disponibles para aliviar el estrés, es fácil caer en una espiral descendente que conduce a la depresión.
La importancia del tratamiento para el dolor crónico
Si tienes dolor crónico o incluso cuando tu estado de ánimo es bueno, es posible que tu médico te recete antidepresivos en dosis bajas para tratar los síntomas del dolor crónico. Se usan antidepresivos para controlar el dolor puesto que cambian los químicos del cerebro que alteran la forma en la que se percibe el dolor.
Otra razón por la que los antidepresivos se usan comúnmente para tratar el dolor crónico es que pueden detener el ciclo que conduce a la depresión antes de que comience. La depresión puede intensificar los sentimientos de dolor, lo que lleva a un nivel de actividad y calidad de vida más bajos, lo que a su vez intensifica los sentimientos de depresión. Es fácil que este ciclo comience, y aún más fácil para que se pierda el control.
También es necesario tener estrategias de afrontamiento antes de que comience la depresión. Cuando te des cuenta de que está en sus primeras etapas tendrás que luchar contra ella para recuperar tu vida. El tratamiento temprano del dolor crónico con el antidepresivo correcto puede ayudar a combatir esta espiral descendente.